Una historia verdadera es una película basada en un hecho real ocurrido en 1994, protagonizado por un anciano de 73 años, Alvin Straight, que viajó desde Laurens (Iowa), a Mt. Zion (Wisconsin), montado en su segadora. Alvin decide iniciar este viaje para reencontrarse con su hermano, el cual se encuentra gravemente enfermo y con el que no se habla desde hace más de 10 años. Dada su falta de visión y la escasez de dinero decide hacer él mismo el recorrido en su segadora. Un trayecto de 100 de kilómetros (aproximados) que Alvin tardó más de 6 semanas en realizar.
El film a pesar de su simpleza, comparándola dicha obra con otras de Lynch, deja entrever algunas de sus ideas que se materializan con metáforas. La lentitud con que se mueve, se convierte en metáfora de las necesidades de una sociedad que corre demasiado y no se detiene a pensar. Y que a pesar de los problemas que le da su medio de transporte en un viaje tan largo, como es el único que tiene, en unas cuantas ocasiones tiene que detener el viaje para arreglarlo y poder proseguir con su viaje. En su largo caminar, Alvin se topa con variopintos personajes, y en cada uno derrama la ciencia que éste posee. Su mejor metáfora es esa, a pesar de los obstáculos, y de si al final llega o no a su destino, “lo importante no es la meta, sino el camino”.
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