La primera escena se inicia en una habitación con unos personajes que son conejos (es decir, personas con disfraces de conejos). Lynch anteriormente hizo una especie de historietas sobre estos conejillos humanoides llamada Rabbits. La película está coproducida entre USA, Francia y Polonia, y parte se rodó en este último país, con escenas en que los personajes hablan en polaco.
Realidad, ficción, paranoia mental, imaginación, suposiciones y otras realidades paralelas se intercalan en la historia confundiendo a la protagonista y a nosotros mismos (sobre todo a nosotros), no dejando claro lo que sucede y saliendo en ocasiones de la duda cuando oímos el ¡Corten! y nos damos cuenta de que es una escena dentro de la propia escena de la película. Terminé de verla con esfuerzo, pues además son tres horas de metraje que se extiende como un elástico que se estira. Aunque aprender a ver cine es sentarse simplemente a mirar sin buscar encontrarle sentido lógico, pienso que todo aquél que consigue ya no entenderla, sino verla entera, llega al Nirvana del universo Lynchiano, o lo mismo está al borde de una esquizofrenia aguda. Puede que vuelva a verla en un tiempo, para comprobar si me faltan códigos cognitivos, si después veo en este film una interpretación distinta que la actual o simplemente Lynch nos ha tomado el pelo.